Un tesoro natural que no te puede faltar en la madurez y plenopausia, por dentro y por fuera: el aceite de sésamo. Es un remedio natural muy versátil, con múltiples aplicaciones para la salud cardiovascular, nerviosa, cutánea y ósea. Revitaliza, nutre, da tersura, calienta, calma, suaviza, es antiinflamatorio y antioxidante. Se lo conoce también como aceite de ajonjolí.
Tiene tantas propiedades que viene siendo usado como alimento medicina y cosmético desde hace miles de años en la medicina ayurveda. Era también conocido por los perfumistas de la antigüedad por su particular eficacia a la hora de fijar los aromas nobles, especialmente de las flores más delicadas, de ahí que fuera usado para la elaboración de extractos florales mediante la maceración.
Su poder calorífico y regenerador lo convierten en un excelente aceite de masaje, que además es excelente portador de aceites esenciales. El aceite de sésamo es ligero y es adecuado para todo tipo de pieles, pero especialmente para las más sensibles e irritadas. La actividad antioxidante del aceite de sésamo es debida principalmente a su contenido en sesamina y sesamolina, que son dos antioxidantes naturales. El contenido en vitamina E (o tocoferol) de este aceite refuerza la actividad antioxidante, a la vez que presenta actividad antiradicales libres. También es rico en vitaminas A y D. así como en minerales tales como el calcio, magnesio y fósforo. Contiene asimismo lecitina y proteínas.
Estas propiedades hacen que el aceite de sésamo sea ideal a la hora de tratar por vía externa:
El envejecimiento de la piel y protección por la exposición al sol.
Las pieles sensibles e irritadas.
La flacidez.
La celulitis.
La sequedad vaginal
El cabello cuando hay mucha sequedad o costras en el cuero cabelludo.
Como filtro solar ante las radiaciones UVB. Si además añadimos que favorece el bronceado natural y que hidrata la piel, ya tenemos la clave de su éxito cuando llega el verano.
Grietas en manos y pies, sobre todo aquellas que relacionamos con la llegada del frío.
Dolencias reumáticas y musculares por ser calentador, circulatorio y antiinflamatorio.
Por vía interna, si lo incluyes en tu dieta, con dos cucharadas al día (4 gramos) o mejor tomando las semillas enteras:
Tiene la capacidad de satisfacer el hambre, es decir, ayuda a que necesites menos cantidad para saciarte. Ideal para perder peso.
Favorece el desplazamiento de los alimentos a través del intestino.
Sus fosfolípidos y lecitina, sirven para mejorar la memoria y proteger las células nerviosas y prevenir enfermedades cerebrales.
Ayuda a normalizar el equilibrio hormonal, mejorar la condición de la piel y el cabello y enfrentar la amenorrea de la menopausia.
Restaura perfectamente los músculos.
Reduce el colesterol e impide que la grasa se adhiera a nuestras arterias.
Artrosis o artritis, aliva el túnel carpiano e incluso los comunes calambres musculares, pasando por esguinces, tendinitis o hasta un dolor de oído. Gracias al cobre y a los ácidos grasos linoleico y oleico presentes en el aceite de sésamo, se logra reducir la incidencia de estos procesos inflamatorios.
El sésamo aporta un nivel muy adecuado de calcio de origen vegetal, superior al de los lacteos, perfecto para prevenir la osteopororsis. Sin embargo, lamentablemente este contenido de calcio se pierde al extraer el aceite, por lo que es mejor consumir las semillas, que puedes añadir a tus ensaladas o desayunos.
En este video te cuento mi experiencia con él y te doy combinaciones con aceites esenciales para usar como Serum facial, aceite tras la ducha, p para masaje muscular y anticelulítico.
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