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  • Foto del escritorMª Ángeles Arquero Pardo

Cómo conquistar tu soledad

Actualizado: 29 may 2023

Dejar atrás el miedo a través del autoamor.



Todas hemos pasado, o pasamos por alguna de estas vivencias...

  • Te quejas de tus relaciones, de sentirte sola aún estando acompañada.

  • Te duele una relación porque no te llama, visita o atiende, sino es porque viene buscando algo de ti, o eres tú quien tiene que llamar siempre.

  • Te aburre tu soledad cotidiana y buscas llenarla de "pasatiempos" y entretenimientos, pero no hay nada que te haga ilusión realmente.

  • Sufres el rechazo de alguien amado y sientes una soledad dolorosa.

  • Atraviesas un duelo por un ser querido perdido y la soledad se hace más aguda e insufrible.

  • Temes el momento en que tus hij@s se emancipen y anticipas el miedo a la soledad.

  • Aguantas el maltrato de una relación porque la prefieres a estar sola.

  • Sigues saliendo con las mismas amistades aunque te aburren, por no quedarte sola.

  • No te atreves a salir, ir de vacaciones, apuntarte a un curso, o actividad, si tienes que hacerlo sola.


"Tristeza". Acrílico de Amelia Rodríguez Villagarcía

Detrás de todas estas vivencias, existe un mecanismo biológico de supervivencia que hace que, "por defecto", sientas miedo a la soledad y la evites a toda costa. Sentirse incluida en la manada, en el clan, en la familia, está escrito desde hace mucho en tus células, como condición "de vida o muerte". Incluso pagando altos costes para lograrlo, como:

  • Renunciar a tus deseos o confundirlos con los de los demás.

  • Soportar reproches, exigencias, chantajes.

  • Atender las necesidades de los demás antes que las propias.

  • Fusionarte con otra persona hasta el punto de no saber vivir sin ella.

  • Usar tu dinero para comprar afectos.

  • Enfermarte, hacerte la víctima o dependiente, para que te cuiden, temporal o crónicamente.

  • Envejecer rápida o prematuramente.

  • Realizar operaciones estéticas a tu cuerpo para acercarte al ideal social o de tu pareja.

  • Mantener secretos, ocultar decisiones, acciones o comunicaciones, para evitar el conflicto que puede derivar en separación.

  • Estudiar o trabajar en aquello que deseaba tu madre o tu padre o para dar continuidad al negocio familiar.


"Atusándose". Acuarela. Amelia Rodríguez Villagarcía.

Bien, eres un ser biológico y tienes ese programa automático para "sobrevivir", pero también eres ser humano y tienes conciencia para actualizarlo. Quiere decir esto que puedes verte repitiéndolo hasta el hartazgo y que cuando te canses, tienes la facultad de cambiar tu respuesta. ¿Te va a costar?, a veces más, a veces menos... Hay experiencias de todo tipo. Y quizás tú misma las hayas vivido.



Puedes sentirte liberada al darte el permiso para hacer lo que deseas, lo que realmente quieres, o no hacer lo que ya no deseas, porque se suelta la tensión acumulada por sostener esa situación. Entonces tienes una experiencia de quitarte un peso de encima, de alegría y expansión. Porque te sentías constreñida, reprimida, oprimida o menguada.


"Volando sobre el mar". Acuarela. Amelia Rodríguez Villagarcía.

Pero puede que tras esa primera sensación de libertad, tengas que soportar la culpa y otras emociones de malestar, ante los chantajes emocionales, demandas de los demás, o tus propios juicios de valor internalizados. Es normal, es la manera en que la biología asegura que nadie se salga del patrón exitoso y la cultura consolida ese patrón, hasta que demuestre lo contrario. La cultura evoluciona por nuevas respuestas exitosas de los individuos.


No es fácil actualizar un programa biológico y cultural. Se genera una inercia en tus neuronas, en tus hormonas, y neurotransmisores que te generan síndrome de abstinencia física y emocional al cambiar un hábito y más cuando es una respuesta grabada en la historia de la evolución. Esto se vive como un proceso natural molesto que dura un tiempo variable, según cada persona y desafío, pero sino te anclas en él como víctima o enferma, te aseguro que tiene su fin. Este proceso puede llevarte de paseo por:

  • Ansiedad, que no es otra cosa que miedo, alarma, en automático. Una respuesta de tu programa en acción, que te pone en alerta y te avisa de que estas en peligro de supervivencia, activando tu fisiología para huir, atacar o inmovilizarte.

  • Depresión, es el mecanismo que usa la biología para bajar al inconsciente y resetearlo. Te deja sin energía para la acción, para poder trabajar en otro nivel subconsciente. Tras un periodo de tiempo, aparece la energía y las ganas, de nuevo.

  • Insomnio, porque el cuerpo busca soluciones de forma persistente, también durante la noche.

  • Pensamientos recurrentes de miedo al error, que generan culpa y tratan de evitarlo, revisando esquemas, posibilidades, o la forma en que hiciste algo.

"Con pájaros en la cabeza". Acuarela. Amelia Rodríguez Villagarcía

Este proceso te conduce a una oportunidad de cambio que te brinda haber nacido en esta época. Porque la realidad es que hoy día, no te vas a morir por quedarte sola, por elegir algo diferente a tu familia, amig@s o pareja. Dos generaciones atrás quizás sí hubiera ocurrido. Ese es el mensaje que vas a actualizar en todas tus células.

Hoy puedes transitar el camino de la libertad, si le pierdes el miedo a la soledad. Es un camino de autoconocimiento y autoamor que con tus logros, expande las posibilidades de toda la especie humana.


"Disfrutando de una rosa". Acrílico. Amelia Rodríguez Villagarcía.

Y para recorrerlo, debes atreverte a:

  • Probar aquello que intuyes o deseas hacer, más allá de las opiniones ajenas. Hacerlo con un Plan o Proyecto personal si requiere de un proceso. (Puedes contar con mi ayuda profesional para esto, si deseas hacerlo más fácil).

  • Atravesar la ansiedad y el miedo como precio natural por el cambio. Usa recursos que te lo hagan más liviano. Hoy día hay ejercicios de relajación, mindfulness, para amortiguar este tránsito.

  • Aceptar la posibilidad de equivocarte en los resultados porque siempre el camino te enseñará mucho más que si no haces nada.

  • Decir sí y no, siendo fiel a ti misma.

  • Prodigarte los cuidados que extrañas, y quisieras que otros te den. Haz una lista.

  • Cuidar a otros cuando realmente lo desees. No para evitar un rechazo o reproche.

  • Elegir la compañía que te apetece y cuando te apetece.

  • Aceptar la libertad de "decir no" de los demás, a pesar de tus deseos y frustraciones.

  • Hacerte cargo de tus heridas y no culpar a otros, quedándote en el rencor. Úsalas para crecer en autoconocimiento y madurez. (Cuenta conmigo cuando lo desees para esto).

  • Da un pequeño paso cada día, en un plan progresivo, desde las cosas más sencillas que puedas hacer sola. Leer un libro, practicar automasaje, meditar, hacer un curso, hacer deporte, salir a pasear, al cine, a un concierto, hacer un viaje...sí, tú sola!

Repasa cada uno de estos puntos y haz tu Plan de acción con aquellos que desees poner en marcha. Tus nuevas andaduras harán el camino más fácil para las siguientes generaciones.


"Femenino y plural". Acrílico. Amelia Rodríguez Villagarcía.

¿Sabes? yo me atreví a dejar mi trabajo de funcionaria hace 13 años abriéndome a aquello que sentí explorar: prodigarme autocuidados naturales en mi piel sensible.


Hoy te lo ofrezco en un CURSO DE COSMETICA FACIAL HOLISTICA. En él te brindo recursos que a mí me han servido para equilibrar mis emociones, mientras cuido mi piel y mi salud a través de la naturaleza, elaborando mis propias cremas, serums, tónicos y mascarillas con los que realizar mis rituales faciales.


"Pensando". Cera. Amelia Rodríguez Villagarcía.

Si aún no estás suscrita a mi web y te interesa tu crecimiento personal, salud y belleza, hazlo aquí, y recibe un AUDIOREGALO de bienvenida:


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PD. : Todas las fotos de pinturas que he usado, son de la Exposición " Femenino Plural" de Amelia Rodríguez Villagarcía, de la Sala de exposiciones de La Chanca, en Conil de la Frontera, Cádiz, Julio de 2021. En la biblioteca que hay junto a ella, escribí este Post, y cuando acabé salí a verla. Hice las fotos para ilustrarlo, pues "venían como anillo al dedo". Una de las muestras de que el Universo es sincrónico cuando sigues el camino del corazón.


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